Delante de un mundo cada vez más globalizado y competitivo y de unos consumidores que piden más calidad en los productos y servicios, la logística juega un papel fundamental para alcanzar unos buenos resultados en la gestión empresarial.
La logística moderna habla tanto de temas que pertenecen a decisiones en el ámbito de las políticas públicas locales, como nacionales y hasta transaccionales lo que podríamos denominar macro logística, como puede ser las infraestructuras de transporte (puertos, aeropuertos, ferrocarril, etc.), de zonas de actividad logísticas o de transporte intermodal; como de temas directamente relacionados con la gestión de la Empresa con relación a sus proveedores y clientes (logística externa) y sus procesos logísticos relacionados con la producción (logística interna).
No reconocer que la gestión de los flujos inversos puede ser un factor de ventaja competitiva es uno de los problemas de las empresas, tal como se ha ido poniendo en evidencia en los foros dedicados a la logística inversa, en los que se barajan datos como que este capítulo supone sobre el 4% del coste logístico total. Por otra parte, las actividades de la logística inversa pueden ser críticas, especialmente en firmas donde el valor del producto es alto o lo es el índice de retornos. Por ello, y en un momento en que ni la distribución ni la cadena de suministros están en general preparadas pasa asumir de forma óptima este reto, es preciso llegar a una mentalización y una colaboración total entre todos los agentes: proveedores, distribuidores, transporte y servicio técnico. Por su parte, los operadores logísticos especializados pueden jugar un papel clave para integrar la red de distribución inversa a la principal y optimizar los circuitos para todos los actores de la cadena.
La Logística Inversa no ha sido un objetivo prioritario dentro de las empresas y ahora es cuando se está entendiendo que es un factor muy importante.
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